"No sé si fue una coincidencia o un complot de la naturaleza para avivar las esperanzas de una joven enamorada que creía ciegamente en el regreso de su amor, pero extrañamente, los Ocobos, mientras yo estuve esos últimos años en nuxka, no florecieron, y según una carta de mi padre años después, no volvieron a florecer jamás.
La estación - John Faber Lastra
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